lunes, 23 de mayo de 2022

Vigésima primera entrada

No tiene sentido, es lo que debo repetírmelo, 

Volver a encontrarme contigo, tratar de entender que las cosas se acaban, pero siento que las fuerzas terminan, que debo rendirme, que debo dejar atrás los recuerdos, los sueños y las ilusiones. ¿Apoyarme en mi orgullo? talvez es lo único a lo que la lógica me ayude a aferrarme.

Talvez deba irme de nuevo de mi, dejar de pensar tanto y dejar que mi estupidez prevalezca, al fin y al cabo se es más feliz idiota que inteligente. 

¿Hace cuanto que no fui feliz? ¿O fui feliz? y no lo supe... ¿o no lo supe valorar? 

No se si es correcto todo lo que hice, quien en realidad sabe si el paso que va a dar es el correcto hasta que lo da y cae al vacío o se aferra a una soga para saltar a otra. 

A veces desaparecer es una idea seductora, contrarrestar este exceso de sufrimiento en el mundo devolviendo algo del oxígeno que se consumió. 

Tengo a dos personas luchando en mi interior y una que solo observa esperando el momento oportuno para tomar el control. 

Una reprocha sin sentido, juzga, analiza, vive de la incertidumbre y lo que pudo haber sido o no.

 Tardíamente analiza respuestas conjuga palabras que nunca fueron dichas y crea respuestas para esas preguntas fantasmagóricas y puedo sentir como mi corazón solo se acelera. Cómo crecen y caen posibilidades. Es extenuante y agotador, lo odio, odio a ese "yo" que no me deja en paz. Que asume y toma decisiones, que es pasional y que cree que todo se soluciona con arrebatos de locura e increíbles actos de amor. 

El otro, el otro mira al infinito, impávido, pensativo, queriendo entender más allá porque está consciente del sufrimiento y de que es suficiente. Es precavido con sus decisiones y sus palabras, pero peca de pacífico y poco audaz, no quiere dar un paso sino es el correcto. Quiere escuchar y mantener la calma de sí mismo y de los demás. Intenta no llorar a cada paso, quiere parecer fuerte, intenta soñar más allá y quiere creer que hay cosas que no valen la pena pensar demasiado. 

"Ayer Alma, te vi mientras te sujetabas el cabello y mis ojos se abrían

Quise levantarme a rogarte que no te fueras, que lo lograríamos.

Pero debías marcharte y ambos lo sabíamos, así que tu piel se mezclo con la mía 

Por una última vez, mientras nos lamiamos las heridas de este amor autoflagelado

Y no lo soporte mi querida Alma, me levante a hurtadillas y me enfrente a ti. 

¿Fue amor tu abrazo de ayer, el fulgor de mi vida en tus manos?, Pregunte casi gritando. 

Me miraste atónita por mi grito inesperado y yo sentí a mi corazón dar un brinco.

No Ichi, fue mi amor brotando de una herida, fue mi grito desesperado de que no te fueras, 

Fue mi despedida y ahora por nosotros, debo azotar la puerta, romper tu corazón y abrir más la herida. 

Respondiste, y tu cabello cayó mientras mis lagrimas ya no me permitieron verte marchar.


Ichimei"


Así que solo busco en mis heridos como recoger mis errores y empezar de nuevo, tratar de reencontrarme con las ganas de querer, de amar, de sentir. Un dolor en el pecho me dice que no lo voy a lograr, Mi juez me dice que lo merezco y que ya no debo intentar, que debo morir en cama viendo películas de cosas increíbles. 

Que debo morir

Si, tal vez, sucederá... 

 

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